No son pocas las personas a quienes les preocupa el porvenir y les interesa saber qué les traerá la vida en los años posteriores en lo concerniente a salud, amor, dinero y prosperidad. Son muchas las personas quienes no hacen caso de las advertencias que se encuentran en la Sagrada Biblia que prohíben el que se practique la adivinación entre otras prácticas mágicas y del ocultismo. Surge una pregunta, ¿qué obtiene el hombre por tratar de conocer lo que hay en el día de mañana? ¿Podrá cambiar su destino? La vida se nos presenta como una oportunidad para aprender de los errores, hacer el bien al prójimo, sembrar cosas positivas, y procurar encontrarnos con el Creador. Nuestro destino es mucho más de lo que dicen los comentarios que puedan poner en los horóscopos bajo los signos zodiacales de: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario o Piscis. El hombre trata de marcar un mapa de su destino conforme a lo que ve en las estrellas y en los planetas, sin embargo, el verdadero destino del hombre se rige por el bolígrafo de Dios quien escribe su final. Nos conviene pues entrar en amistad con Dios y sacarle provecho a la vida haciendo el bien, para que todo lo demás caiga en su sitio y alcancemos nuestras metas conforme a la paz con Dios y con los hombres.
No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija
por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni
hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a
los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas
cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante
de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas
naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha
permitido esto Jehová tu Dios. (Deuteronomio 18:10-14) (Isaías 47:12-15)
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