En el año 2008 Stephen L. Baker escribió el libro llamado “Los Numerati”. No se trata de un libro de ficción sino de una investigación basada en entrevistas a personas quienes están estudiando, desarrollando e implementando técnicas y tecnologías para recolectar y analizar nuestros hábitos y costumbres. Cómo nos comunicaos, donde viajamos, donde compramos, que compramos y cuales son nuestros gustos y preferencias. Esas informaciones que recibe es analizada por medio de computadoras. Ellos afirman que se trata de un esfuerzo para entender los miembros de un grupo de personas, de millones de personas. La información que recopilan les sirven para predecir o especular los movimientos sociales en comercio, tendencias, comportamiento social, estudiar el efecto de los estímulos sociales sobre la gente. De esta manera, estas herramientas les brindan la capacidad de “manipular” el comportamiento de las masas. No estamos hablando de ficción sino de realidad.
Recientemente, con los sucesos políticos de Egipto, el agitación de las masas sirviendo para ejercer presión sobre el gobierno y forzar la salida de Hosni Mubarack en Febrero de 2011, les ha servido de justificación para atribuirle parte de la culpa del agitación social a la influencia que tienen las redes sociales como Facebook o Twitter. Afirman que los manifestantes fueron instigados de forma rápida por medio de páginas en las redes sociales las cuales les sirvieron de convocación, agrupación y organización de una manifestación publica contra el gobierno de Egipto. Exponiendo estos argumentos, los servicios de inteligencia están poniendo mayor énfasis en monitorear las redes que se suponen sean privadas y están observando y leyendo todo lo que escribimos y comunicamos en la Internet. Se trata de un autoritarismo disimulado que procura leer todo lo que se dice para luego generar los argumentos o estrategia de inteligencia para contrarrestar esas ideas.
El autor Texe Marrs en su libro “Project L.U.C.I.D.” nos habla de unas intenciones muchos más siniestras. Trata de presentar evidencias de un plan gubernamental de control humano que va mas allá del simple monitoreo de nuestros hábitos en las redes sociales. Texe Marrs habla de toda una agenda mundial la cual procura imponer la tecnología del implante de los microchips para controlar a los humanos, incluso, habla de control mental por medio de impulsos eléctricos sobre la gente quienes posean los implantes de microchip.
Toda tecnología moderna puede tener dos caras, una muy positiva y otra muy vulnerable a que los dictadores utilicen esto como arma de manipulación sobre las masas. Apenas lo que estamos viendo es únicamente el principio de lo que se avecina.
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