La boda real que tendrá lugar el 29 de abril de 2011 entre el Príncipe William y Kate Middleton nos trae a la memoria una forma de gobierno que pareciera ir en extinción. Se trata de las monarquías cuyas características históricas son de una persona en el cargo supremo, vitalicios y hereditarios, aunque hay diversidad de variaciones en la implementación de la autoridad de acuerdo a la diversidad de naciones y relaciones con otros países. Dentro de las monarquías actuales los monarcas se encargan de brindar unidad a la nación y brindar dirección sobre los partidos políticos. En algunos casos, el monarca constituye solo un emblema, símbolo o representación de la nación. Entre las monarquías de parlamento modernas tenemos a: Noruega, Suecia, España, Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica. Siguen existiendo monarquías más pequeñas como por ejemplo en Liechtenstein, Andorra y Mónaco. Sin dejar de mencionar al propio papa católico romano el cual es considerado un rey con poder teocrático desde la ciudad del Vaticano y en los países que reconocen su fe. Otros lugares donde siguen existiendo las monarquías pero con algunas variaciones lo son: Jordania, Marruecos, Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Malasia, Brunéi, Bután, Tailandia y Camboya.
Algunos escritores modernos afirman que las iniciativas de los diversos países en el mundo y su constante referencia al denominado Nuevo Orden Mundial pudieran ser las intenciones de establecer un rey sobre todas las naciones. ¿Una idea demasiado descabellada? El tiempo dirá…
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