La película más taquillera de todos los tiempos llamada “Ávatar” (producida por James Cameron en el 2009) presentaba el cuadro de una utopía que de pronto se ve amenazada por el egoísmo humano. La trama de la película se desarrolla mientras los humanos deben conseguir un “ávatar” es decir, dejar su cuerpo físico para reencarnar en otro cuerpo diferente donde existe la utopía para así poder actuar o vivir en ella. Se ve constantemente a los humanos entrando y saliendo de ese mundo diferente.
La palabra “ávatar” proviene de la etimología ”vicisitud”. Ahora bien, ¿de donde surgen los avatares?
Los avatares son parte de las creencias del hinduismo. En la India, un “avatar” es la encarnación de un dios terrestre, e identifican a sus dios Vishnú en este asunto. Dentro de dichas creencias proponen diversidad de encarnaciones de dioses o ídolos entre los cuales se encuentran Krishná. Cada ídolo con sus diferentes significados. Según las creencias hindúes y sus textos llamados Puranás los avatares son incontables en nuestro universo y en la tierra existieron diversidad de maestros a quienes ellos llaman “encarnaciones de los dioses” e identifican a Cristo, Zoroastro, Buda y muchos otros. Los avatares en dicha religión se cuentan por decenas y en diferentes clasificaciones.
Dichas filosofías sobre avatares contrastan con el cristianismo, pues dentro del cristianismo no hay muchos dioses sino sólo uno, y no existe la reencarnación, ni tampoco igualan a Jesucristo a un dios inferior sino que exaltan a Jesucristo en unidad en divinidad al único Dios creador.
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